“Cuida tus
pensamientos, porque se convertirán en tus palabras. Cuida tus palabras, porque
se convertirán en tus actos. Cuida tus actos, porque convertirán en tus
hábitos.
Cuida tus hábitos,
porque se convertirán en tu destino.”
Mahatma Gandhi
No todos los momentos
importantes de nuestra vida tienen lugar en medio de situaciones solemnes para
las cuales nos podamos preparar, casi todos ellos llegan de manera silenciosa, en
medio de la rutina diaria, y en gran medida, la capacidad de entenderlos, y no dejar que
pasen de largo, desapercibidos, depende de nosotros, por lo que debemos asignarles
el valor que corresponde, ya que contrario a lo que solemos pensar, esos
momentos no solo hacen referencia de manera directa y evidente a nuestros intereses y nuestras expectativas,
sino que están relacionados con la forma en que nos relacionamos con las demás
personas, con lo que le ocurre a nuestros seres queridos, lo que ellos piensan,
lo que sienten y con la forma en que ellos nos perciben.
Que ella me viera de esa
manera demuestra que cuando una persona está enamorada puede llegar a
sobrevalorar a la persona que quiere, atribuyéndole cualidades que no tiene y haciendo
“lo que en psicología se conoce
como el pacto de negación, es decir, que se niegue todo lo malo o que no nos
gusta de la otra persona”[1]. Aunque yo ya estaba
haciendo mi rutina en el gimnasio, pensaba que el asunto de tener un cuerpo
definido era algo de niños bonitos, algo irrelevante, aunque en el fondo, muy
en el fondo si lo quería, pero había dejado ese objetivo para “más adelante”, cayendo en el error de
procrastinar, es decir, de aplazar, diferir el cumplimiento de ese objetivo
para un cómodo pero peligroso e incierto lugar en el futuro, para mañana, para
algún día. Esto lo hacía porque para
mí era más fácil devaluar y aplazar lo que no había podido conseguir, quizá lo
hice para que mi mediocridad no me pesara tanto y hacer más ligera de llevar la
carga de la negligencia que resultaba de mis malos hábitos.
El episodio del dibujo,
sumado a otras cosas, que me dieron aún más que pensar y que me pasaron hace
algunos años, me llevaron a iniciar la tarea de construir ese abdomen que de
alguna manera veía mi novia en mí (tal vez como si ella tuviera la visión de Superman,
o algo así, viendo a través de mi piel lo que no era evidente, a fin de cuentas
todos los tenemos, el problema es que se vean, y que se vean bien), así que me prometí
dejar de procrastinar y lograr ese objetivo, a fin de cuentas vida solo hay
una, y yo no me iba a quedar con esa meta sin cumplir, así que di inicio a la
tarea de definirme, creyendo que eso era súper fácil y que con unos cuantos cambios
en mi rutina y en mi alimentación lo iba a lograr. Claro que sabía que eso iba
a implicar algo de esfuerzo, pero en realidad nunca creí que fuera tan difícil,
que requiriera tanto tiempo, tantos cambios y tan constantes en áreas
diferentes a la alimentación y el entrenamiento.
En los siguientes párrafos
les voy a contar algunas de las cosas que encontré en el camino, no sin antes
advertir el uso intensivo de frases célebres de otras personas brillantes que
han dicho lo que yo he encontrado de una mejor manera de lo que tal vez yo
podría hacerlo. Espero que estas reflexiones les sean muy útiles:
Sobre
la comida:
¡Piensa cada día
en las consecuencias de tus acciones, en lo que comes, lo que compras, en qué
medio te mueves! Estos detalles tienen un gran significado. Si los
consideramos, sería un cambio sin precedentes. Tenemos el tiempo muy justo.
¡Hazlo ya!
Jane Goodall
Es muy importante elegir
bien lo que comemos y dejar de lado aquello que por un momento de placer puede
poner en riesgo el cumplimiento de nuestros principales objetivos, y afectar
nuestra salud en el largo plazo, una correcta alimentación es clave para
capitalizar nuestro esfuerzo físico. Como dicen por ahí: “A minute on
the lips a life time on the hips”. Por otra parte, en
ocasiones vemos dietas muy costosas, que requieren de elevados ingresos para
adquirir lo que nos recomiendan, a veces es muy difícil acceder a ellos por su
elevado costo, sin embargo, eso no nos puede desanimar, busquemos las opciones
que más se ajusten a nuestro bolsillo y dejemos de lado aquello que carezca de
valor nutritivo, eso nos ayudara y poco a poco, en la medida de las
posibilidades (sin descuidar nuestros otros deberes con nuestra familia y con
nosotros mismos) podremos adquirir más y mejores alimentos. Lo que no debemos
hacer es desanimarnos, ni sumarle al problema del sedentarismo una mala
alimentación. Regla de obligatorio cumplimiento: No debemos privilegiar el
sabor de los alimentos sobre su función.
Sobre
la disciplina, la perseverancia y la consistencia:
Si se siembra la
semilla con fe y se cuida con perseverancia, sólo será cuestión de tiempo
recoger sus frutos.
Thomas Carlyle
Más allá de la fuerza
física y de la genética, es importante comprender que el logro de nuestros
objetivos en este y otros aspectos de nuestra vida requiere que pongamos en
juego nuestros valores, ya que son ellos los que finalmente nos van a ayudar a
recorrer el camino. Confucio decía que “El
hombre superior es persistente en el camino cierto y no sólo persistente”, así
que estructurar un buen plan de trabajo es indispensable para que con
disciplina, perseverancia y consistencia construyamos minuto a minuto, por el
tiempo que sea necesario la realidad que soñamos, finalmente "Nuestro cuerpo es nuestro jardín y nuestra
voluntad, el jardinero" (William Shakespeare).
Sobre
la importancia de elegir los referentes adecuados
Si un ciego guía a
otro ciego, ambos caerán en la olla.
San Mateo
Acertadamente
Karl A. Menninger consideraba que “lo que
el maestro es, es más importante que lo que enseña”, y no podría ser de
otra manera, ya que es muy difícil que alguien que no ha logrado lo que
nosotros queremos, o que nunca fue donde queremos ir, nos pueda orientar y ayudarnos a lograr
nuestros objetivos, razón por la cual es muy importante que no nos dejemos
distraer de personas que a pesar de tener buenas intenciones no saben cuál es
el camino que debemos recorrer y más aún, debemos quitarle cualquier clase de
poder para influir sobre nosotros a las personas que con una energía negativa
nos debilitan con comentarios y actitudes tendientes a hacernos sentir que no
somos capaces de lograr nuestros objetivos, tenemos que tener el valor de creer
en nosotros, en nuestra capacidad de trabajo. Siempre habrá buenos referentes
para seguir y aprender de ellos, con el
tiempo he aprendido que los mejores siempre van a estar dispuestos a compartir
frases, rutinas, y a motivarnos, ayudándonos a fortalecernos física, espiritual y mentalmente
para lograr nuestros objetivos a todo nivel. Las personas realmente fuertes
ayudan a los demás, los mediocres quieren anular el brillo de los demás para no
sentirse opacados y tener a los demás reducidos psicológicamente, impidiéndoles
desarrollar su potencial. Frente a su incapacidad de crecer y evolucionar los
mediocres envidiosos buscan evitar que los demás crean en sí mismos, eso no se
puede permitir, nunca permitan que les hagan eso.
Dicho
lo anterior, hay que tener mucho cuidado con los instructores y entrenadores normales
y con los personalizados, ya que aunque hay los que son muy buenos y muy profesionales
en el cumplimiento de sus funciones, también hay quienes se convierten en el
principal obstáculo de las personas que confían en ellos. El mejor guía siempre
será Dios, es bueno encomendarse a él para que nos permita conocer las personas
indicadas y acceder a los contenidos adecuados. Hay que escuchar con reserva de
inventario los consejos de los “entrenadores” que dicen que nos va a ayudar a
lograr lo que ellos nunca fueron capaces de lograr. Sé que eso suena fuerte,
pero vida solo hay una como para dejarse desorientar de cualquier mediocre que
no sabe ni donde está parado, de esos instructores y entrenadores
personalizados hay muchos, la mayoría no tiene la autoridad moral para orientar
a los demás por el camino de la excelencia. Hay que elegir bien para no caer en
un estancamiento eterno y “asesorado”.
Sobre
nuestro deber de dar buen ejemplo
Dar ejemplo no es
la principal manera de influir sobre los demás; es la única manera.
Albert Einstein
A Aristóteles se le
atribuye la célebre y acertada frase según la cual “somos lo que hacemos día a día. De modo que la excelencia no es un acto
sino un hábito”, y lo que ocurre con los hábitos es que determinan en gran
medida lo que somos y la percepción que los demás tienen sobre nosotros, algo
que cobra importancia si tenemos en cuenta que en muchas ocasiones, nos miran personitas
hermosas en proceso de formación que nos pueden tomar como punto de referencia,
eso es lo que ocurre con nuestros niños (sean familiares, amigos, vecinos o
conciudadanos), a quienes tenemos el deber moral de educar de la mejor manera
posible, y no deformar su hermosura espiritual dando mal ejemplo, para lo que
es necesario recordar la frase de Carl Gustav Jung, quien consideraba que “los niños son educados por lo que hace el
adulto y no por lo que dice”. Eso
nos obliga a proyectar con nuestro comportamiento y nuestros hábitos cosas
positivas, valores y virtudes, debemos asumir el reto de ser dignos de ser sus referentes, no es casualidad
que Goethe considerara que “podrían
engendrarse hijos educados si lo estuvieran los padres”.
Continuando con el uso de
frases célebres que casi se convierten en refranes, cual Sancho Panza, no
debemos olvidar que Henry Adams decía que “Un
profesor trabaja para la eternidad: nadie puede decir dónde acaba su influencia”,
esta frase, naturalmente se hace extensiva a todos nosotros, ya que finalmente
los niños aprenden a convivir con los demás de acuerdo a lo que aprenden de los
adultos que los rodean, lo que quiere decir que todos le enseñamos algo a los
niños que nos rodean, aun sin querer queriendo. Esto no nos debe llevar solamente
a ser rígidos pregonando preceptos sobre el deber ser y siendo exigentes con ellos pero sin dar lo
mejor de nosotros mismos, por eso Platón decía que “dos excesos deben evitarse en la educación de la juventud; demasiada
severidad, y demasiada dulzura”, mientras que para Fénelon “Ordinariamente, aquéllos que educan a los
niños y no les perdonan nada se perdonan todo a sí mismos”, olvidando que
de acuerdo con Joseph Joubert “los niños
necesitan más de modelos que de críticos”, porque como sabiamente decía Anne
Robert Jacques Turgot, “El principio de
la educación es predicar con el ejemplo”.
Amigo lector, si usted es
un borrachín de los que cree que puede consumir alcohol frecuentemente porque “para eso trabaja” y “para eso se jode toda la semana” o que “usted
toma y paga con su plata sin estarle pidiendo a nadie”, no espere que
cuando su hijo crezca haga cosas diferentes a las que usted hace, no se
sorprenda si aprende de usted hábitos que más adelante lo van a hacer un
perdedor. Si quiere que en realidad su hijo sea todo un campeón, pues
compórtese como tal y oriéntelo por el camino de la excelencia, recuerde que Buda decía que “para enseñar a los demás, primero has de hacer tú algo muy duro: has
de enderezarte a ti mismo”.
Siempre pensé que cosas
muy buenas vendrían una vez lograda la meta propuesta, pero ahora, con más
calma y una vez fijadas nuevas metas, me doy cuenta de que lo mejor no estaba
en la meta, no hubo premio ni recompensa de la forma en que yo esperaba, hay expectativas
y sueños que se cumplen y otros que no dependen de nuestro esfuerzo ni de
nuestra entrega, aun no logro al 100% el
cuerpo que he visualizado en mí, pero me di cuenta de que en realidad, lo mejor
estuvo a lo largo del proceso, ya que gracias a Dios no solo mi cuerpo es y se
ve diferente, sino que yo como persona he cambiado mucho, esos cambios han sido
muy buenos, tengo otros hábitos y me di cuenta de que aquello que inicialmente
parecía un asunto de vanidad termino siendo mucho más complejo y valioso de lo
que creía, creo que soy una mejor persona y por consiguiente un mejor
ciudadano. ¡Ah!, y ¡por fin! los cuadritos que dibujo mi novia haciendo uso de
su imaginación, ya los puede ver y tocar, ahí los tiene para que los disfrute,
sin necesidad de sobredimensionarme, como ella diría: son de veritas de veritas.
No se imaginan la
profunda alegría que se siente cuando en ocasiones un niño o varios niños lo
ven a uno y posteriormente hacen una cara de admiración como queriendo decir
que sería muy chévere ser así, ellos son auténticos y están libres de complejos
y de sentimientos como la envidia (y eso que todavía falta mucho por mejorar,
¿cómo será cuando lo logre?). Eso hacia yo cuando niño, aún recuerdo varias
personas a las que tan pronto como vi, las admire y quise ser como ellos, o
mejor que ellos, eso me motivo y aun me motiva mucho, le pido a Dios que yo pueda motivar a muchas
más personas para decidirse a lograr sus objetivos. Si yo he podido (yo que soy
todo normalito), créanme que todos pueden lograr eso y cosas mucho, pero mucho
mejores.
Finalmente comprendí que casi
siempre nuestro cuerpo es el reflejo de nuestros hábitos, de nuestros
pensamientos, de nuestro estilo de vida, de las cosas que elegimos hacer, lo
que decidimos comer, los pensamientos y las ideas que reforzamos, los esfuerzos
que evitamos, y muchas cosas más que están en nuestras manos y que podemos
cambiar si asumimos con fe, humildad y entrega la tarea de lograr nuestros objetivos
(esto aplica para otras cosas en la vida, como obtener un título, fundar y
sacar adelante un negocio, un hogar, superar la adversidad en cualquiera de sus
manifestaciones, etc.)
No se pueden obtener y
conservar cosas realmente valiosas sin esfuerzo, disciplina, compromiso,
constancia, motivación, espíritu de lucha, y de nuevo: humildad para la autocrítica constructiva, pero por
sobre todas las cosas mucha fe para regar con optimismo y con nuestros
esfuerzos el árbol de la esperanza, aun en la adversidad, pero no con
esperanzas vacías de compromiso, de sacrificio y de consistencia.
Realmente se necesita
mucha fuerza mental y espiritual para mantenerse firme y avanzando en la
dirección en la que se encuentran nuestros objetivos, o para corregir el rumbo
cuando nos hemos equivocado. Aunque suene un poco extraño, es importante y muy
necesario que cultivemos en nuestro interior los valores espirituales, morales
y religiosos, ya que son ellos los que nos van a dar la fuerza necesaria para
no ceder ante la cómoda complacencia de la mediocridad o frente a las
situaciones adversas, porque no se puede tener un cuerpo fuerte si tenemos un
espíritu y una mente débiles.
No voy a firmar este
artículo, va anónimo, porque lo importante no es hacerme ver como un caso de
éxito, entre otras cosas, ¡porque no lo soy!, aún me hace falta mucho por
mejorar, pero de lo que si estoy seguro, es de qué hoy soy mejor de lo que era
ayer y de que todos tenemos el potencial para cambiar las cosas y ser mejores a
nivel individual y colectivo, en beneficio de nosotros mismos, de nuestros
seres queridos, de muchas más personas que desconocemos y de nuestra sociedad
en general, créanme que es así, recuerden el concepto de la teoría del caos que
nos habla del efecto mariposa, lo que se explica con el siguiente proverbio
chino: “el aleteo de las alas de una
mariposa se puede sentir al otro lado del mundo”. Si les gusta este artículo
y me ayudan a compartirlo, este aleteo podrá llegar a muchas personas.
Estoy absolutamente
convencido de que acerté al dar el primer paso en la consecución de mis
objetivos al encomendar mis propósitos en Dios y desde aquí le agradezco, por
darme la fortaleza física, mental y espiritual necesaria para lograr lo que
para muchos serán unas simples fotos, pero que para mí representan el inmenso valor
de una promesa cumplida.
Nota:
Y eso de la necesidad de que los hombres hagamos el esfuerzo de satisfacer las
expectativas de las mujeres, para tratar de ser realmente lo más parecido a un
Príncipe Azul, es algo que me parece muy importante y sobre lo que más adelante
me gustaría escribir, pero de una vez les cuento, para que lo vayan pensando:
¿No les parece que podría
ser bueno que se reoriente un poco más la carga de la presión social respecto a
la exigencia de un estándar físico y estético sobre nosotros los hombres para
que así todos avancemos en la construcción de la mejor versión posible de
nosotros mismos en nuestro beneficio y el de todas las personas que nos rodean,
especialmente de las mujeres?
Hace poco leí que vivimos
en un “sistema social que crea
expectativas sobre los cuerpos y las vidas de las mujeres, y restringe sus
comportamientos”[2],
a eso yo le sumaria que ese sistema social también promueve ciertas prácticas,
como las denominadas cirugías estéticas, las cuales en ocasiones tienen
consecuencias negativas que afectan su salud e incluso han provocado la muerte
de muchas mujeres que siendo naturalmente hermosas lo dan todo por verse como los
estereotipos que anhelan alcanzar. Que daño tan grande el que nos dejó la
cultura del dinero fácil y del narcotráfico, muchos de nosotros los
hombres sobrevaloramos y estamos
dispuestos a todo por una mujer físicamente hermosa y muchas mujeres están
dispuestas a entregarlo todo por estatus, poder y dinero, así el portador de
eso sea un tipo burdo, maltratante, ignorante, hampón, asfixiante, … Me produce
mucha tristeza ver mujeres jóvenes y hermosas detrás de seres repugnantes con
plata-estatus-poder, ver mujeres que
enferman o mueren queriendo ser más bellas de lo que ya son, muy triste ver a
los niños y jóvenes que creen que para tener mujeres lindas deben tener dinero
y salen en busca del dinero fácil, así se tengan que degradar moral y
espiritualmente creyendo equivocadamente que solo valen como hombres por lo que
tienen en los bolsillos, o que como decía Alias Popeye, están dispuestos a todo
por quitarle los cucos a una reina. Tal vez con una mayor presión social deje
de haber tanto borracho bien vestido y peluqueado, de esos que visten con ropa
de atletas, cuerpos que solo reflejan negligencia y abandono, pero que en
realidad son vacíos y patanes con las mujeres y con las demás personas. Tan
pronto pueda voy a sentarme a escribir algo útil sobre esto para que la
Fundación Bogotá Mia lo comparta con sus seguidores.
Agradezco
a la Fundación Bogotá Mia por su valiosa labor y por permitirme publicar y
compartir con ustedes este artículo.
Autor:
Este Blog fue escrito por un humilde servidor Bogotano, de los que coge bus
todos los días, voluntario de la Fundación Bogotá Mia, comprometido con la
construcción de una mejor ciudadanía para mí querida Bogotá D.C. y para toda Colombia.
Otros
artículos recomendados: Ciclo de Deporte.
[1]
Idealizar a los demás. Disponible en: http://www.miautoestima.com/psicologia-autoestima-idealizar/
[2] INFORME
GENERAL. Centro Nacional de Memoria Histórica. Capítulo 4. Los impactos y los
daños causados por el conflicto armado en Colombia. Pág. 266. Disponible
en: http://centrodememoriahistorica.gov.co/descargas/informes2013/bastaYa/capitulos/basta-ya-cap4_258-327.pdf
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